martes, 11 de octubre de 2011


Tiene ganas de saber de qué tiene tantas ganas.
Por las mañanas de domingo, suele abrir sus ojos con aquel entusiasmo que tanto la caracteriza, levantar sus persianas para encontrarse con la naturaleza pura del aire matutino y observar el horizonte cubierto de edificios que callan algunos rayos de sol. Queda absorta, minutos, horas quizás y siente en el centro de su pecho el deseo de algo que no conoce.
Desejo, désir, desire, DESEO.
Yo deseo...
 

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